
Una ola de calor marina, conocida como «la Mancha», que afectó el ecosistema oceánico desde California hasta el golfo de Alaska entre 2014 y 2016, ha causado la muerte de aproximadamente la mitad de la población de araos comunes de Alaska, según un estudio reciente. Este evento es considerado la mayor mortandad registrada de una sola especie en la historia moderna.
La ola de calor, la más grande y prolongada conocida, incrementó las temperaturas oceánicas entre 4,5 y 5,4 grados Fahrenheit por encima de los niveles normales, afectando gravemente a los araos comunes, una especie crucial en la regulación de la red alimentaria marina del hemisferio norte. Durante el período de 2014 a 2016, se estima que alrededor de 4 millones de araos comunes murieron, principalmente debido a la escasez de alimento, ya que el bacalao del Pacífico, una de sus principales presas, se redujo en un 80%.
Los investigadores, liderados por Brie Drummond, coautora del estudio, encontraron que la población de araos comunes en 13 colonias monitoreadas en el Golfo de Alaska y el Mar de Bering disminuyó entre un 52% y un 78% después de la ola de calor. A pesar de los esfuerzos para monitorear y proteger a la especie, no se ha observado una recuperación significativa en las colonias afectadas.
El estudio también destaca los desafíos adicionales que enfrentan los araos debido a la lenta tasa de reproducción de las aves marinas, lo que dificulta su repoblación, así como las dificultades para adaptarse a nuevas condiciones ambientales tras la reubicación. Además, el Dr. Falk Huettmann, ecólogo de la Universidad de Alaska, advirtió sobre los efectos a largo plazo del calentamiento de las aguas y otros factores como los microplásticos y la acidificación de los océanos.
Aunque algunas especies han mostrado respuestas neutras o incluso positivas al aumento de las temperaturas, el futuro de los araos y otras especies marinas sigue siendo incierto en un entorno cada vez más afectado por el cambio climático.