La Unión Europea ha dado luz verde definitiva a la revisión del Código de fronteras Schengen con el objetivo de abordar nuevas amenazas, como el uso de migrantes como arma política, y para reducir los cierres temporales de fronteras entre los Estados miembros.
El Consejo de la UE adoptó una actualización del código que se ocupa de la gestión de las fronteras interiores y exteriores, así como de las normas que rigen el control fronterizo de las personas que cruzan las fronteras exteriores de la UE.
Según un comunicado emitido por la institución, esta reforma es fundamental para hacer que el espacio Schengen sea más resiliente a las crisis presentes y futuras en sus fronteras exteriores, garantizando así que las personas que viven y viajan en la UE puedan disfrutar plenamente de los beneficios de viajar sin fronteras.
El reglamento revisado introduce la posibilidad de adoptar medidas a escala de la UE para limitar el acceso de nacionales de terceros países en caso de una emergencia de salud pública a gran escala, como ocurrió durante la pandemia del Covid-19. Esto incluye la posibilidad de establecer restricciones de viaje temporales armonizadas en las fronteras exteriores de la UE.
Además, se podrán imponer pruebas, cuarentena, autoaislamiento y otras medidas relacionadas con la salud para los ciudadanos de fuera de la UE que ingresen a la UE.
El código revisado también aborda movimientos secundarios de inmigrantes entre Estados miembros y ofrece soluciones a situaciones de instrumentalización de la migración. Se ofrecerá a los Estados miembros la posibilidad de limitar el número de pasos fronterizos o reducir sus horarios de apertura, y permitirá reforzar las medidas de vigilancia fronteriza.