El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, alertó este martes de que la incursión israelí en Rafah (sur de Gaza), que el Estado judío confirmó, tendría un «impacto devastador» en el propio enclave palestino, pero también en Cisjordania ocupada y en toda la región.
«Un asalto militar a Rafah supondría una escalada insoportable que mataría a miles de civiles (…) Tendría un impacto devastador en los palestinos de Gaza, con graves repercusiones en Cisjordania ocupada y en toda la región», avisó el portugués en un encuentro con la prensa desde la sede de Naciones Unidas.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, había asegurado horas antes que entrará, «con o sin acuerdo» de tregua, en Rafah para eliminar a los cuatro batallones de Hamás que presuntamente quedan en el sur de la Franja de Gaza.
«Hago un llamamiento a todos los que tienen influencia sobre Israel para que hagan todo lo que esté en su mano para impedirla», añadió Guterres sobre Rafah, donde malviven 1,4 millones de gazatíes, la mayoría desplazados desde el norte, durante una guerra en la que han muerto más de 34.500 personas en 207 días de ofensiva.
Finalmente, Guterres culminó su declaración reconociendo la «labor insustituible e indispensable» de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), acusada por Israel de connivencia con Hamás, e instó a los países donantes a que restablezcan la totalidad de sus inversiones.
«Seguimos teniendo un déficit de financiación. Pido a los Estados miembros, tanto a los donantes tradicionales como a los nuevos, que se comprometan generosamente a aportar fondos para garantizar la continuidad y el funcionamiento», aseguró el representante de Naciones Unidas.
Israel acusó en enero pasado a 12 agentes de la UNRWA de participar en los ataques de Hamás. Tras esto, 16 de sus países donantes (entre ellos los principales) suspendieron su financiación, y la agencia perdió de golpe 450 millones de dólares; después, la mayoría de ellos han ido retomando la inversión.
Además, la ONU informó el viernes que había ampliado a 19 los empleados de UNRWA investigados tras las acusaciones de Israel, aunque ya ha cerrado un caso por falta de pruebas.
La semana pasada también se emitió un informe, encargado por la ONU y realizado por una comisión independiente presidida por la exministra de Exteriores francesa Catherine Colonna, en el que se reflejaba que la UNRWA debía mejorar su carácter neutral en la selección y actitud de su personal.
Agencia EFE